Con la crisis política y económica, durante los últimos cinco años, la venta de inmuebles registró un abrupto descenso en Venezuela, ya que la oferta supera con creces la demanda, lo cual hizo que los precios de las propiedades se desplomaran. Esto a su vez, para la poca demanda presente, se transformó en un beneficio, porque los compradores contaban con gran variedad, y precios muy por debajo de la realidad. El mercado mostró una recuperación a principios del año 2019, se respiraba un aire distinto debido a las expectativas políticas y sociales marcadas por el nuevo gobierno de Juan Guaidó, sin imaginar lo que estaba por suceder, la llegada del ‘nuevo coronavirus’.
Si años atrás, los precios de las propiedades venían en descenso, como consecuencia de la emergencia sanitaria en Venezuela, los precios bajaron muchísimo más en lo que va del año.
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DIGITALIZACIÓN EN LOS PROCESOS
El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Francisco López, en una entrevista de una radio local, mencionó que se propuso al Poder Ejecutivo Nacional, activar un mecanismo de validación de firmas digitales, cuyo objetivo primordial sería el de agilizar la compra y venta de inmuebles en el país, ya que la mayoría de registros de propiedad y notarías han paralizado sus actividades producto de la pandemia.
A pesar de la coyuntura actual, y ante las dificultades de los venezolanos de poder adquirir bienes debido a la ausencia de financiamiento por parte de las entidades bancarias, los alquileres inmobiliarios han experimentado incrementos en sus precios. Debemos recordar que en Venezuela no hay un mercado primario ni créditos hipotecarios, entonces la gente se refugia en alquileres, aunque en lo que va del año, el sector inmobiliario ha reportado una disminución del 20%.
Con respecto a la disposición impuesta por el Gobierno Nacional que defiende la suspensión del pago de alquileres de inmuebles hasta septiembre, el líder gremial, sugirió extender el plazo de vencimiento hasta enero del 2021, mediante la firma de un acuerdo entre arrendatarios y arrendadores.
Elaborado por: Sociedad de Bienes Raíces Latinoamérica
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