Las, oficinas, en algunos sectores de Santiago, Providencia y Ñuñoa se fueron quedando vacías: el estallido social, primero, y la pandemia, después (por efecto del teletrabajo), dejó esos lugares vacíos, en barrios tradicionales y centros históricos o calles consagradas hace unos años al trabajo y no a la vivienda. El fenómeno fue analizado por los diputados Jorge Alessandri, Sebastián Torrealba y Tomás Fuentes, quienes identificaron que estos lugares “han ido quedando deshabitados, especialmente en las noches, con la peligrosidad que esto conlleva.”
Alessandri explicó que con la situación hay dos opciones: “O deja los barrios morir y con eso viene la suciedad, la delincuencia, la teoría del vidrio roto, o se adelanta a ese decaimiento y cambia el destino y le da una nueva vida al barrio. Cómo no va ser increíble vivir en un edificio de los años 40, con una altura de cuatro metros o más, con muros de hormigón, en el corazón de la ciudad, con acceso a líneas de metro, a servicios”.
Por eso ingresaron al Congreso un Proyecto de resolución en el que solicitan al Ejecutivo coordinar gestiones para facilitar la anulación de la patente comercial en las municipalidades y el término de giro en el SII, para devolver el uso residencial original a los inmuebles de oficinas en barrios patrimoniales; que el vecino que deja un inmueble, pida formalmente el cambio de destino como parte de la tramitación; fomentar que las familias vuelvan a estos barrios y así evitar que los inmuebles sigan vacíos, y estudiar la factibilidad de implementar subsidios y otras medidas que estimulen la práctica de revertir el uso.
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En el Ministerio de Vivienda tienen conocimiento del proyecto. “Va en la línea de lo que queremos hacer, ya estamos piloteando ésta idea en algunos lugares del centro de Santiago, de Valparaíso, donde hay espacios desocupados que queremos poner al servicio de buenos proyectos, principalmente de carácter social”, explicó el Ministro de la cartera, Felipe Ward.
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri (hermano del diputado) confirmó que “desde el estallido social y luego con la pandemia, hemos tenido un éxodo de oficinistas, lo peor que puede ocurrir es que comiencen a quedar vacías. Este proyecto de resolución va en la línea correcta, que exista flexibilidad. Si un antiguo edificio residencial, por ejemplo en calle Agustinas hay muchos, que había sido cambiado a oficinas, quizás ahora, 50 años después y dada la contingencia, vuelve a ser residencial, es una solución que puede ayudar a que los cascos históricos no comiencen a sufrir el éxodo de personas, como lo hemos visto en los últimos 18 meses”.
El parlamentario UDI proyecta que la transición sea paulatina, con la convivencia mixta de oficinas y residencias familiares en un comienzo; y que “haya postulación a fondos concursables de las municipalidades para limpiar fachadas y espacios comunes”.
Elaborado por: Sociedad de Bienes Raíces Latinoamérica
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